
Pues e los últimos días me he dado cuenta que la cosa va un poco más allá. Parece que realmente tengo la manía o costumbre de gritar o, mejor, de hablar demasiado alto, en ciertos momentos. Actualmete no estoy dictando clases, como lo hice durante muchos años en Bogota, pero cuando estoy entablando una conversación normal, hay momentos que me siento hablando más duro que mi interlocutor. Entonces, pensando en el pasado y mi época como profesor, pues me doy cuenta que es verdad: soy un gritón.
Realmente siento la diferenci de volúmenes entre mi voz y la de la otra persona y no sé hasta qué punto él o ella lo note y/o le moleste. Solo mi hermana ha sido capaz de decirme algo al respecto...
No sé. Solo me parece curioso...