domingo, 22 de abril de 2007

El regreso

Creo que los regresos son siempre más fáciles. Me refiero a cuando se regresa al lugar en el que se ha estado viviendo por un buen tiempo, en el que se está trabajando, en el que se ha creado un "rutina".
Eso me pasó a mí la semana pasada. El martes, después de una lago (larguísimo) viaje, regresé a Turín. Ciudad que me recibió con el calor de la recien comenzada Primavera (que ya se está dejando ver en mi apestada nariz) y con mucho trabajo.
Pero es que el primer día que estuve en Turín fue una cosa completamente diferente. El miedo, la ignorancia de todo y de todos, el enfrentarme solo a todo esto, fue duro. Ahora, habiendo estado por acá más de 16 meses (antes de mi viaje a Bogotá), la cosa fue mucho más fácil. Y si le añadimos el echo que me recogieron en el aeropuerto, en carro y todo, pues nada que hacer: el regreso fue una cosa de nada.
Con el dolor que se siente por dejar a la familia y los amigos (sobretodo aquellos que al final no ví), llegar de nuevo a Turín, no me dio tan duro.
¡¡Lo que me va a dar duro es el motón de trabajo que me toca ponerme a hacer ahora!! (Espero que no sea así, jeje.)

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