Esta fue la frase que repetí como unas 10 veces antes de decidirme a rescatarla.
Dentro de las cosas que viví en Ginebra, estuvo la experiencia de casi perder mi camarita (aunque aun no sé si esta sirviendo).
Al final de cuantas, la salvé. Me tocó nadar un poquito al lado del Jetee des Eaux, soportar la baja temperatura del agua y las risas (carcajadas) de algunas personas (entre ellas Camilo), pero la recuperé. Y las fotos que tomé, están esperando a ser vistas. Ya las pondré por acá.
Por lo pronto, quería adelantar algo de lo que viví y que, al principio solamente, me causo mucha gracia pero que después me dio mucha rabia...
Y bueno, para que rían un rato...
miércoles, 16 de agosto de 2006
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4 comentarios:
A pesar de lo triste del suceso, si me reí un poquito... :)
Me alegra que la hayas recuperado, nada como lograr las cosas que se quieren.
Saludos Mario.
La escena debió ser singular, pero a que nadie se atrevió a tomarle una foto.
Ojalá que su cámara no se haya dañado.
Pues nadie conocido me tomO fotos. Mi amigo no lleveba cAmara. Pero alguno de los curiosos le tomO foto a la cAmara, en el fondo del agua!!
JAJAJA yo me reI tanto que me doli'o el estomago!!! fu'e una escena muy graciosa!!!
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