jueves, 10 de mayo de 2007

¡No grite!

Hacer unos años mi hermana me decía que, cuando le estaba explicando algo de física, le hablaba muy duro, que le gritaba. De hecho, ésa era una razón para no pedirme ayuda en ciertas ocaciones. Decía que se sentía regañada.
Pues e los últimos días me he dado cuenta que la cosa va un poco más allá. Parece que realmente tengo la manía o costumbre de gritar o, mejor, de hablar demasiado alto, en ciertos momentos. Actualmete no estoy dictando clases, como lo hice durante muchos años en Bogota, pero cuando estoy entablando una conversación normal, hay momentos que me siento hablando más duro que mi interlocutor. Entonces, pensando en el pasado y mi época como profesor, pues me doy cuenta que es verdad: soy un gritón.
Realmente siento la diferenci de volúmenes entre mi voz y la de la otra persona y no sé hasta qué punto él o ella lo note y/o le moleste. Solo mi hermana ha sido capaz de decirme algo al respecto...
No sé. Solo me parece curioso...

2 comentarios:

Natalia Cartolini dijo...

Jejeje, te pareces a mi padre, si es que cuando él habla, se oye a kilómetros!

Y esto me lo encontré, es de mi idolo Da Vinci: "Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz."

Bueno yo preferiría hablar más fuerte, pero no tanto, eh. Será que te gusta ser muy bien escuchado para no repetir las cosas?

¡¡¡¡ Saludos!!!!!
Y no estoy gritando!!!!
Buena suerte!!!!
:-)

Besos

Anónimo dijo...

Supongo que es algo que caracteriza también a nuestros progenitores, pero pienso que en muchas ocasiones es mucho mejor tener un tono de voz alto de forma que no sea necesario repetir lo que se desea comunicar, creo???