
No sé si esto le acurre a todo el mundo, pero a mí, cada vez que se aproxima un evento de gran importancia para mi visa, se me llena el estómogo de mariposas. Eso que uno siente cuando ve que la persona que a uno le gusta se va acercando.
Un evento importatne o una persona importante. Uno de estos "fenómnos" (de pronto los dos) se van a realizar en mi vida desde el próximo viernes, fecha en la que haré un laaargo y, quizá, agotador viaje, que me llevará al encuentro más esperado en los últimos tiempos. Veré a mi familia, a mis amigos, a todos los que quiero y extraño tanto. Después de tantos meses por estas tierras, la verdad, era
quasi absolutamente necesario.
Sin embargo, creo que esas mariposas y nervios que siento, también se deben al hecho que este viaje lo hago en una época que no es propiamente de vacaciones. Dejaré mi trabajo detenido durante el tiempo que permanezco en Bogotá y eso no es que sea del todo bueno. Mi Profesor entendió la situación y no me puso ningún problema, pero el trabajo se detiene y de pronto se pierde un poco el ritmo.
Pero nada. ¡Yo estoy feliz! Estoy convencido que al regresar a Torino las cosas estarán mejor, trabajaré con más ánimos, con más alegría, con más ganas. Porque regrezar a mi país, a mi casa, a mi familia, solo puede darme más fuerza para seguir adelante.